El ejercicio de resistencia aeróbico se ha definido tradicionalmente como el modo de ejercicio más adecuado para el tratamiento de los pacientes con diabetes tipo II.
La diabetes tipo 2 es una enfermedad común en personas de edad avanzada, éstas tienden a sufrir una disminución de la sensibilidad a la insulina debido a su menor actividad física y una mayor obesidad central. De hecho el aumento en el tejido adiposo abdominal ha sido vinculado con diferentes alteraciones metabólicas sobre todo con la resistencia a la insulina.
El efecto beneficioso del acondicionamiento físico sobre la sensibilidad a la insulina ha sido bien establecido. El entrenamiento físico produce una perdida preferencial de grasa de las regiones centrales y parece que esta pérdida 
de tejido adiposo visceral está estrechamente relacionada con una mejora en la sensibilidad de la insulina. Además el ejercicio por sí solo, en ausencia de cambios en la composición corporal, puede mejorar la homeostasis de la glucosa y ayudar a mantenerla en niveles adecuados.
El ejercicio de resistencia aeróbico se ha definido tradicionalmente como el modo de ejercicio más adecuado para el tratamiento de los pacientes con diabetes tipo II. Recientemente el Colegio Americano de Medicina Deportiva (ACSM), ha recomendado el uso de entrenamiento con sobrecarga progresiva como parte de un programa de ejercicios para individuos con esta patología.
La sobrecarga progresiva es el incremento gradual del estrés al que sometemos al organismo durante el 
entrenamiento, ya sea porque modificamos el peso o bien, porque cambiamos la frecuencia, la duración, los ejercicios o el volumen de entrenamiento.
Se sabe que la pérdida progresiva de fuerza y masa muscular, que se produce con el envejecimiento es una causa importante de la debilidad e invalidez y perdida de independencia en los ancianos y que los adultos en edad avanzada con diabetes tienen un riesgo mayor de sufrir deterioro en el desempeño físico de ahí la importancia de un programa de entrenamiento que ayude al organismo a mantenerse en forma, lo que mejora considerablemente la calidad de vida de los adultos mayores.
